miércoles, 23 de noviembre de 2016

Oeste del Pájaro y Norte de Dos Torres

Pues esto va de que J., siempre inquieto, dice que en Dos Torres (¿dónde, dónde? ¡suena lejano!) hay una vía guapa para hacer. Como sabe que nunca digo que no cuando puedo decir sí, vamos para allá a la primera oportunidad, no sin antes pasar por el Pájaro (que está de camino) y hacer la Oeste, que la teníamos pendiente. De esta vía archiconocida y repetida no puedo decir nada que no se haya dicho ya: la vía está tó guapa y nos dejó con el ánimo por las nubes para ir a por la siguiente.

RODOLFO - SANTIAGO

NORTE DE DOS TORRRES

Vía tres veces excelente que merece una visita si te molan las fisuras en todas sus versiones. Con esta entrada sólo quiero lanzar una pequeña piada sobre el estado de la vía, por si a alguien le sirve y sin ánimo de aguarle a nadie la aventura.

PIADA 

La primera fisura chorrea bastante agua y está tapizada de musgo resbaladizo en esta época del año (¡!). ¿Obvio que iba estar así? A lo mejor. Pero nosotros no lo imaginábamos...

El tercer largo también chorrea mucha agua por la placa.

Conclusión de perogrullo: es una vía para el verano.

HISTORIETA (sin spoiler)

Así que ahí estábamos: J. plantado bajo la fisura, atado y con todos los cacharros colgados, contemplando con la más absoluta desaprobación la fisura chorreante; Ayer no llovió, hemos venido hasta aquí con toda nuestra ilusión, J. se había pedido los primeros dos largos, encima es tarde, hace frío, estamos cansados, y ¿así nos recibes? ¿Y ahora que hacemos? J. sigue dudando y le pregunto de coña que qué haría Galvez. La respuesta es obvia...

Llego a la R1 y felicito a J. La fisura acepta los empotres pero a saber si los friends agarrarían en caso de caer; como ni se ha colgado pues no lo sabemos. ¡Largazo que se ha apretado! La R1 es extracómoda a mi parecer y el de los buitres, que obviamente paran ahí a menudo. Todo lo que chorrea por la fisura viene de la repisa, así que hemos ido empotrando en musgo, liquen, tierra y, principalmente, caca de buitre líquida. MUY GUAPO. El típico olor punzante y ácido de los nidos de buitres se me queda impregnado y lo sigo notando hasta el día siguiente en la ropa, las manos, el bigote... o eso creo yo ¿se me ha grabado en la memoria y es sólo recuerdo?

El segundo largo no estaba mojado (¿!??) pero el tercero mogollón (¡recién fregao!), especialmente la placa. TÓ GUAPO. Me lo paso teta a la par que me acojono y hasta me acero un paso (por pundonor diré que no el del parabolt y que no, esto no es spoiler, que lo del bolt viene en el croquis) pero llego a la R sintiéndome muy muy alpinista.

De hecho llego a la R3 justo con el sol cayendo, haciendo un hermoso atardecer de fuego y nubes y me emociono un poco y luego me cabreo porque me doy cuenta de que es tarde y no tengo frontal y además abajo las cuerdas rozan y recoger es como tirar de un saco de 10 kilos de patatas, voy de medio en medio metro...

Nos toca pues bajarnos de esta vía tres veces excelente, por los tres largos que hicimos, sin hacer cumbre, sin hacer el cuarto largo y volver a oscuras con J. dándose la vuelta cada 5 pasos para alumbrar los míos.



Ahí os dejo el croquis de VíaClásica . No le falta detalle.






viernes, 22 de abril de 2016

Equinoccio de primavera. Rumbo sureste.


Aprovechando estos días de descanso de que disponemos gracias a la liturgia religiosa dominante en el país , J y yo fijamos rumbo sureste para ir a rendir nuestro particular culto heliolátrico en tierras de alcázares y cultivos.

Primera parada: Ayna (Albacete). Lugar al que llegamos a eso de las dos de la madrugada sin disponer de mucha información, por lo que terminamos aplastando en la cuneta de una calle que termina cortada en un par de casas guardadas por perros. A una distancia donde esperamos que los perros no nos consideren ya amenaza, ahí: saco, manta, suelo y frío. Noche sin dormir y me levanto jodido y como mareado.

¡Venga! Arriba y café que no hay nada que no se pase con eso, un poco de sol y un poco de vaciar malos humores.

Ya un poco más activos y con el sol calentando vamos al objetivo que nos trae motivados hasta aquí: una vía semi equipada abierta por Braulio, que en el croquis promete ser dura y estética y que recorre por el centro la pared sur de uno de los picos calizos que dominan Royo Odrea, una pedanía de Ayna.

El sol calentando y nosotros encantados quemándonos la nuca. Nuestro culto se rinde de espaldas.

Nos plantamos bajo la vía, nos preparamos, nos ponemos y empieza el flipe. Y aquí ya diré poco más porque cada uno tiene derecho a su propia aventura y a que no le jodan la sorpresa. "No spoiler" como se dice ahora. Pero sí contaré un poco más, que tampoco va a ser mucho porque nos terminamos bajando a los dos largos. Y es que ¿qué decir de los primeros dos largos? Eran los fáciles y nos achantaron por lo expuesto y lo descompuesto y blando de la roca, con puentes de roca que se rompían al probarlos con la mano y parabolts lejanos. ¿Reunión de dos párabolts con argolla? ¡Pa'bajo!

Ahí lo dejo y me disculpo por el terrorismo psicológico. Eso fue lo que vivimos y puede que nuestra relativa inexperiencia con cacharros en caliza nos jugara también una mala pasada. Hablando más tarde con un local (local de Albacete), nos comenta que nos hemos bajado cuando empezaba lo bueno: que la roca mejora mucho y que la línea merece.

Un poco derrotados pero sin mucho drama nos volvemos a Ayna a ver si encontramos algo de información sobre los sectores de deportiva. Información no encontramos, pero nos damos un paseo, disfrutamos de una cerveza y de la bellezas de Ayna. Luego subimos dirección a las paredes que dominan el pueblo, a ver qué se cuece.

Por lo poco que vimos, pues se cuece roca de buena calidad, buen equipamiento, muros atractivos y tranquilidad rayando en la soledad. Justo como nos mola.

Ayna está bien y casi nos atrapa, por las paredes y más cosas, pero nos resistimos a ser como Ulises en manos de Circe y recordamos nuestro objetivo principal. Coche y rumbo a Sella para escalar al día siguiente en el Divino.


El Divino

El nombre promete y la promesa se mantiene. Tanto que, aquí sí, nos quedamos dos días y hacemos dos vías como se debe, saliendo en las dos por arriba. ¡Premio!

La primera vía elegida y cebo que le puse a J para el viaje es la Taula, en la homónima pared del Divino. Vía excepcional donde las haya, de fisura sugerente que recorre una caliza gris y compacta que da mucha confianza al tacto: ¡adherencia perfecta! La vía está totalmente paraboltada pero creo recordar que hay algún clavo.

Polémica polémica. Porque se abrió limpia y luego alguien le puso las chapas, lo cual sacó la vía del olvido y abandono en que (dicen) se encontraba... Da que pensar, porque ciertamente la vía, por calidad de la roca y posibilidad de emplazamientos, se puede hacer sobradamente bien con cacharros, aunque se convierte en mucho más exigente y selectiva.

Reconozco que no habría elegido ahora mismo esta vía de no ser por las chapas, no estoy preparado. Siendo sincero agradezco la decisión de Armand Ballart  de no desequipar, porque disfrutamos la vía muchísimo y ahí queda la idea de volver para hacerla en estilo limpio, pero también comprendería que se optara por desequipar, quede claro.

Al día siguiente optamos por hacernos un combinado: Diedro Edwards + Mamastic. Vía de corte y estética clásicos, la primera, vía deportiva equipada pero con un punto picante a base de clavos y pitones, la segunda. En total 9 largos, aunque a nosotros nos salieron 10.Hay croquis por ahí que no coinciden mucho con lo que hicimos, en cuanto a Rs, lo cual dice mucho de las posibilidades de proteger y gestionar que tiene la vía. Para la Edwards cuerda doble y juego simple de friends y fisureros (me encantan los fisureros), para la Mamastic sólo cintas.

No creo joderle a nadie la fiesta si digo que, cuando se encuentra el primer parabolt de la vía (que seguro que no puso Edwards) no hay que montar R, como hice yo, a menos que quieras arruinar un largo muy bueno. Chapa y sigue hasta la R verdadera de dos parabolt.


El Diedro Edwards nos sirve bien para ir haciéndonos a emplazar protecciones en caliza pues, en general, es de protección fácil y buena pero abundan los momento de pensar y currárselo un poco así como los pasos obligados con cierto aire. Vía bonita, de aventura, con cierto estrés en las primeras reuniones. Vía elegante, de corte inglés, calificada como humilde E3 (no me imagino como será un E7 o más), con algún detalle también muy inglés (para mí, que luego igual no) como el nudo de cinta perfectamente empotrado en un agujero que te encuentras en un punto o la reunión en un árbol/arbusto (tal vez una sabina) que te pide no colgarte y asegurar sin colgarte, en equilibrio adherente, mientras los gemelos arden y duelen y piden clemencia.

Luego  (dejándonos pendiente el último largo guapo de la Edwards) nos metimos a la Mamastic y cambiamos de tercio: deportiva con párabolts y clavos/pitones (de aspecto súper sólido), pasos guapos de gimnasta sobre una caliza gris perfecta en adherencia y solidez. Tres largos en mi opinión duretes para el grado . El último largo lo recotamos como 6c/7b, después del encadenamiento de J, que es un artista en eso de exprimirse a tope incluso cuando el viento hace de todo por tirarle.

Con buen sabor de boca y satisfechos con lo hecho, con la piel seca, enrojecida y pidiendo tregua de tanto culto al Sol, al día siguiente vamos a los sectores principales de Sella. Ambiente escalador deportivero y con muchos extranjeros muy pálidos, un refugio y sectores que, de lo que vimos y probamos, van de lo muy bueno a lo pésimo/impracticable.

Comida ligera y vuelta a casa, la rutina y los días insulsos. Viva.